En materia de entretenimiento y cultura, el año estuvo signado por varios “tanques” hollywoodenses como Barbie y mucho terror en materia de cine. Hubo, además, series que concluyeron exitosas temporadas como The Crown y Sucession, y discos de bandas que reformularon su esquema después de una muerte (lo de Depeche Mode y de Rolling Stone es resiliencia y valentía).
Por su parte, Buenos Aires tuvo grandes festivales que no serán mencionados aquí porque se priorizaron los shows individuales de los artistas. Sin dudas, los recitales de Taylor Swift fueron los que más dieron que hablar. También en Córdoba hubo shows para recordar, al igual que varias propuestas de escena, entre las que se destaca el éxito de ventas de Casados con hijos.
Por último, fue un buen año para los contenidos de plataformas, algunos de ellos virales, como “La fábrica de jingles” y otros de una gran profundidad como el pódcast Sin control: el universo de Javier Milei.
Están todos invitados a recorrer lo mejor del año.
Estos fueron los 10 discos destacados de 2023
“Hackney Diamonds”, The Rolling Stones
Germán Arrascaeta
Por fin, la banda británica trasciende la lógica “grandes éxitos-disco de relleno-gira global” para demostrar relevancia. A sus 80 años, los Rolling Stones sorprendieron con este disco lascivo, callejero y sutil. Y que respeta una tradición de rock & blues negro expandido por blancos (ellos mismos), que en 60 años dio cuenta de insatisfacción, necesidad de refugio ante un mundo desquiciado, exilios en castillos franceses para no tributar a la corona, exotismo y hasta sintonía con el punk que los puso en discusión. Participaron Bill Wyman, Charlie Watts, Paul McCartney, Lady Gaga, Elton John y Stevie Wonder. Letal.
“En dormir sin Madrid” y “111″, Milo J
Brenda Petrone Veliz
El EP de cinco canciones que produjo con Bizarrap como el primer disco de su carrera puso a Milo J en boca de todos y marcó el éxito rotundo de este joven de 17 años con alma de 30. El músico tiene muy claro para dónde va su carrera. La profundidad de sus letras, las melodías de un renacer bien argentino y su personalidad tan tranquila, pero arrasadora, lo consagran como lo mejor del año y una figura valiosa para la música urbana de 2024. Tiene lo necesario para seguir sorprendiendo.
“Cracker Island”, Gorillaz
Nicolás Lencinas
La versatilidad y la virtud compositiva de Damon Albarn lo llevaron a publicar dos verdaderos discazos este año: The Ballad of Darren con Blur y Cracker Island con Gorillaz. El proyecto de su alter ego 2-D toma fuerza por la calidad de invitados: Stevie Nicks, Adeleye Omotayo, Thundercat, Tame Impala, Bad Bunny, Bootie Brown y Beck. Por supuesto, en paralelo con la música están incluidos los videoclips que son pieza fundamental de la obra de Gorillaz. Como siempre, su música es una oda a la mixtura y a la fusión de géneros con el pop, el hip hop y la electrónica como base.
“Súper terror”, Él Mató a un Policía Motorizado
Juan Manuel Pairone
En julio, Santiago Barrionuevo lanzó palabras premonitorias a través de las 10 canciones de Súper terror, álbum de quiebre en la carrera de Él Mató. El cuarto disco del quinteto platense iluminó un nuevo sonido forjado a partir de teclados, contundencia pop y su habitual preciosismo rockero. Pero aquello que impacta con más fuerza es la voz de Barrionuevo y la contundencia de su lírica, que conectó especialmente con un contexto de incertidumbre y desolación. Súper terror tiene el aura de aquellas obras que sintetizan una época y dejan una huella en la historia. Por eso también es el disco definitivo de la banda, al menos por ahora.
“Autopoiética”, Mon Laferte
Germán Arrascaeta
La cantautora chilena dinamita su aura de diva de la canción latinoamericana de resonancias vintage. La conjugación del verbo “dinamitar” no es antojadiza. Tras siete discos en los que pugnó para consolidarse como la Amy Winehouse de esta región, Mon Laferte se reinventa desde un enfoque bizarro, experimental y chirriante, en el que cabe un bolero cruzado por el trip hop y aún más enrarecido por la voz pitcheada. O una pieza de la ópera Norma (Vincenzo Bellini) atravesada por el dembow. Las letras, a carne viva, linkean con una idea de empoderamiento, pero van más allá del panfleto feminista.
“Endless summer vacation”, Miley Cyrus
Brenda Petrone Veliz
Consagración, sanación y reflexión. Esos son los tres conceptos detrás del último disco de Miley Cyrus, una producción que incluye una mayor introspección y reconciliación consigo misma. Marca una etapa de crecimiento arrasador que le permite repensar el impacto de sus viejas polémicas y amores decadentes. A todos ellos los abraza en la música y reconoce que siempre serán parte de su vida. La canción Flowers es uno de los hitos más grandes de su carrera. El disco contó con producciones cinematográficas (las Backyard Sessions) en las que Miley pudo explicar e interpretar las historias y las emociones detrás de cada canción.
“Natural”, Soledad
Germán Arrascaeta
Soledad buscó “al” productor de la nueva generación para salir de sus zonas cómodas. Pero lejos de un subversivo, en Nico Cotton encontró a alguien que entendió que su propuesta sólo merecía una mínima deconstrucción y la exaltación de su voz en un contexto de sonoridad prístina. Aquí, Cotton no renuncia a beats y voces procesadas, sólo administra esos recursos con excelencia; y con el fin de exaltar una transparencia que a la Soledad intrépida de hoy le sienta de maravillas. Por otro lado, Natural contiene Los paisajes, canción que deja algo muy claro: “ser feliz es un derecho”.
“Memento Mori”, Depeche Mode
Germán Arrascaeta
Ante la muerte de su compañero Andrew Fletcher (tecladista), Martin Gore y Dave Gahan convirtieron dolor en belleza en este disco brillante. Aquí, los Depeche Mode sobrevivientes se mueven libremente por un amplio abanico de texturas electrónicas para dar cuenta de cómo los afectó el viaje de “Andy” a tierra incógnita. Y si bien la obra tiene extremos de resonancias sacras, en el medio ostenta una disputa “abierta” entre minimalismo vieja escuela, tecno-industrial e incluso un vals sedoso como Soul With Me. Dramática, la voz de Gahan amplifica de modo conmocionante estas sensaciones sobre la finitud y lo irremediable.
“.mp3”, Emilia Mernes
Brenda Petrone Veliz
Es la materialización de la era dosmilera, un revival de su adolescencia (y la de muchos de sus fans) marcada por el pop, la televisión de tubo, los casetes, VHS, CDs y viejos reproductores de mp3. Emilia supo utilizar recursos característicos de cantantes como Britney Spears, Christina Aguilera y Ke$ha, pero con sonidos del género urbano y la electrónica actuales. Este álbum refleja un gran salto en su carrera y demuestra con altura que el electropop retro es y será su eje central siempre. En los temas más lentos, Emilia convierte sus miedos y heridas más profundas en canciones de cuna para jóvenes adultos.
“Welcome to Córdoba City”, Juan Ingaramo
Juan Manuel Pairone
Antes de que 2023 se despida, el popstar cordobés plantó una bomba que seguramente termine de estallar con la llegada de 2024. Es que en su quinto álbum Ingaramo abrazó definitivamente el cuarteto y redobló la apuesta: se animó a darle un sello propio al ritmo que lo atraviesa desde la infancia y que pretende llevar más allá de las fronteras nacionales con colaboraciones gloriosas con Jean Carlos, Ulises Bueno y “la Pepa” Brizuela. Y eso no es todo: junto con Nico Cotton en la producción, el cordobés redondeó un trabajo que resume su experiencia como compositor y eleva su propia vara cancionera.