Ismael Serrano se ha considerado un perdedor compulsivo, un hombre que habla muchas veces desde la tristeza, del dolor, del desamor. Y muchas veces se ha tomado con gracia cierta imagen de solemne, de triste, de llorón, y ha dejado algunas frases que lo pintan claramente, además de aquellas personalísimas que lleva en sus canciones.
Como aquella vez que contó sobre un tuit en el que decían que si te metías un disco suyo en el bolsillo se te podía dormir la pierna. O cuando le dijo al diario El Mundo que después de los conciertos le queda "un componente de tristeza, que no sé bien si es tristeza post parto y post coito. Esa sensación de fugacidad de los momentos en que has sido feliz, pero no has caído en la cuenta porque no lo supiste saborear con la calma necesaria".
Aquí, algunas frases seleccionadas de Serrano, que aclara que tiene una fama de triste que no cree merecer.
1. Conquistar chicas en guitarreadas
Siempre estaba atrás de la guitarra. La guitarra es como el disc jockey de las fiestas: es el friky que no sabe bailar, que se parapeta detrás del instrumento porque es tímido, y las parejas se van armando mientras uno observa desde ese lugar privilegiado cómo se van marchando todos de la hoguera... y vas quedando tu solo.
A La Voz del Interior, 21/09/2015.
2. Mejores que él.
A veces cuando en algún café aparece un chaval y se pone a cantar una de mis canciones es como que me digo “¡Joder, pues no está mal la canción!”, sobre todo cuando es alguien que la canta mejor que yo (risas). Es una sensación extraña y maravillosa. Yo soy un tipo muy tímido, me cuesta mucho acercarme a la gente a la que admiro, y es una putada porque he perdido la oportunidad de componer para otra gente...
A Los Andes, en 2012.
3. Amor y desamor
Por lo general todas las canciones de amor son de desamor. Uno le canta al desamor porque quiere rescatar la belleza del fracaso. A pesar de que todo fue derrota, aún uno es capaz de rescatar lo hermoso de lo vivido, lo maravilloso de aquel encuentro, por fugaz que fuera.
A El Mundo, en 2013
4. Creer o no creer.
A veces me doy cuenta de que me pongo en exceso solemne. El otro día me lo decía alguien en un chat por internet, “Es que a veces pareces un soberbio”, y es verdad, a veces me pongo verborrágico y parece como si tuviera muchas cosas que decir, pero bueno, esto de la crisis te pone tan de mala hostia que tienes la necesidad de contárselo a alguien, ¿no? (risas) Es curioso, porque siempre he intentado abrir una ventana de esperanza, y tengo una fama de triste que no merezco.... A veces veo algunos twits... Twitter es genial porque no sólo recibes cosas bonitas sino de todo, y la gente es súpercreativa para ser jodida. El otro día leí un twit que decía: “Meterse un disco de Ismael Serrano en el bolsillo y que se te duerma la pierna”... ¡Hay que ser joputa! (risas)".
A Los Andes, en 2012.
5. Maltratado
Mi popularidad es relativa. No soy un tipo que va por la calle y lo paran cada dos por tres. En España hay como un afán de hacerte saber que no le intimida el que seas famoso, y entonces te maltrata. Es bastante habitual: gente que no quiere intimidarte, creyendo que está siendo natural te está maltratando.
A La Voz del Interior, 21/09/2015.