Miley Cyrus hace gala de un saludable gataflorismo en Endless Summer Vacation, su octavo disco de estudio. Es que en varias canciones de esta obra la cantante estadounidense expone dos versiones encontradas de sí misma que podrían ser nuestras, tranquilamente.
Ellas son: la soñadora que busca su alma gemela para corporizar el ideal de amor romántico y la indomable escéptica que sabe que nada de eso dura para siempre.
Llega hasta aquí tras años de reconversiones y mutaciones, personales y artísticas. La más importante, claro, haber dejado atrás a la teen idol Hannah Montana para darle lugar a un mujerón dispuesta a experimentar lo que venga (en la vida y en la industria), incluidas su validación del twerk (en los MTV 2013) y su colaboración de psicodelia impertinente con The Flaming Lips.
El clasicismo altanero de Miley Cyrus
Ahora, sin tener nada que demostrar se pasea autosuficiente por géneros varios, aunque sin moverse de cierto clasicismo altanero. No hay nada alternativo en Endless Summer Vacation, pero tampoco un enfoque práctico y desangelado.
Hay pop de alta factura, movimientos bailables, blues, góspel, country y hasta un spoken word sigiloso como Handstand que da cuenta de la Miley crédula en el amor. “Desearía poder arrastrarme dentro de tu corazón/ Llévame cautiva y luego navega lejos/ Ojalá pudiera saber que es para siempre”, se le oye allí en un tono susurrante que contrasta con el hervor revanchista de Flowers.
Flowers, la canción pop que cortó hace unas semanas con destino de estándar pop estadounidense y en el que disparó contra su exesposo Liam Hemsworth. Tal como vuelve a hacerlo (con ese vozarrón ajado que cala tan hondo) en el blues biónico Muddy Feet (junto a Sia y con el categórico “Ahora sé por qué cerrabas las cortinas”) y, supuestamente, en el synthpop River.
¿Supuestamente? Es que si bien tiene el verso “podrías ser el elegido/ tener el honor de tener mis bebés/ espero que tengan tus ojos y esa sonrisa torcida”, el estribillo eufórico de la composición no se corresponde con la noción de dardo venenoso.
No obstante, el fandom observó que la clave está en el número de bailarines que aparecen en el clip. “Son 14 hombres después de grabar el de Flowers en la casa en la que su exmarido la engañó 14 veces”, sostuvo Pop Hive.
En fin, darle entidad al irresponsable afectivo con varios años de demora es la parte más discutible de la empoderada Miley, que incluso se autopercibe Wonder Woman en un góspel calahuesos.
Se la oye mejor en el plan ambivalente - pícaro de la balada Wildcard, donde avisa que podría ser tu esposa, ir a conocer tu madre usando un vestido demasiado ajustado. “Quizás podría quedarme y no romperte el corazón/ Pero no lo olvides, cariño, soy un comodín”.
“Cuando se trata de la secuencia de Endless Summer Vacation, la dividí en dos partes: AM y PM, para representar casi como un acto”, explicó Cyrus en una nota de prensa.
“La AM para mí representa el tiempo de la mañana, donde hay un zumbido y una energía y hay un potencial de nuevas posibilidades. Es un nuevo día”, añadió.
“Y en la noche, se siente como si hubiera un slinky, sórdido y una especie de mugre, pero un glamour al mismo tiempo. Por la noche, es un buen momento para descansar, un momento para recuperarse, o es un momento para salir y experimentar el lado salvaje. En Los Ángeles, hay una cierta energía en la noche que podés sentir que los problemas salen a la superficie, y es muy inspirador para mí”, concluyó.
El trazado nocturno tiene una alusión narcótica en el refulgente medio tiempo Violet Chemistry, que tiene a Miley rogándole a su acompañante que se quede con ella en el medio de la pista, aun con las luces encendidas y con los sentidos exacerbados.
Más pistera que anclada en una relación que no funcionó. Cada cual elegirá qué Miley le queda mejor. Eso sí, en cualquier caso tiene buenas canciones para respaldar su elección.
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