Se sabe que Los Auténticos Decadentes no fallan. Porque sus canciones son altos estándares de nuestra música popular que están internalizadas en cualquier argentino en particular o en cualquier latinoamericano en general.
Entonces, si uno ve el nombre de estos reyes de la canción en una grilla de un festival que tiene de todo como Cosquín Rock, concluye que si la idea es pasar un buen momento hay que dirigirse hacia el escenario que la señalética indique que tocarán.
Pasada la medianoche del sábado y entrada la madrugada del domingo, ese espacio fue el Norte, pero con el plus de que Los Auténticos Decadentes fueron más allá de su imbatible desfile de clásicos; y de su tradicional enfoque de agruparlos según quién de sus tres cantantes los interprete.
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La cuestión distintiva es que sonaron mejor que de costumbre. Fueron una irresistible wall of sound, una pared de sonido granítica.
Primero salieron los himnos que corresponden al frontman Cucho Parisi (Cómo me voy a olvidar, Pendeviejo y Los Piratas), luego los de Jorge “Perro Viejo” Serrano (los cumbiones Corazón y Amor) y más hacia el promedio los también pícaros de Diego Demarco (Besándote y El gran señor).
Ya con el público (numeroso, por cierto) en el bolsillo, ese MC conectado a 220 que es el Moska Lorenzo avisó que la banda se pondría en frecuencia ADN (la trilogía en la que Los Deca rinden tributo a quienes los formatearon en sus inicios). Fue entonces que llegó la versión de Los viejos vinagres de Sumo, que tranquilamente puede superar en feeling y groove a otra de Divididos o de Las Pelotas.
Costumbres argentinas, de Los Abuelos de la Nada y que grabaron junto a Andrés Calamaro, fue el otro homenaje que se filtró entre una andanada de hits bailables entre el delirio (Vení Raquel, La guitarra) y la reivindicación de la propia tenacidad para seguir adelante ante cualquier contexto, moda o circunstancia. En este punto se inscribió el cierre Y la banda sigue, donde Los Deca mostraron todas sus facetas: la anarco tropical, la no tan obvia pero al mismo tiempo indisimulable punk, la súper argentina que se pone de manifiesto apenas empiezan a sonar.
Este es un proyecto colectivo que lo resiste todo, incluido al erosivo paso del tiempo.
Nacimos en el mismo suelo que Los Auténticos Decadentes. El dato nos obliga a ser dignos.
Antes de Cucho, Serrano, Demarco, Lorenzo y los suyos, por el escenario Norte había pasado Mateo Sujatovich con su proyecto Conociendo Rusia.
Otra gozadera para quien haya estado predispuesto a su rock canción que se permite algunos sobresaltos guitarrísticos del líder. Banda ajustada, sonido impecable, hits melodramáticos y tiernos más una noche que ya dejaba correr una brisita amable. A la ecuación habría que sumarle un “Ruso” que maneja a la perfección los tiempos del show a los fines de cautiva y entretener. Demasiado perfecto para ser real, pero lo fue, a fin de cuentas.
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