Luego de cuatro años de gestión al frente del Teatro del Libertador San Martín, Hadrian Ávila Arzuza dejó de ser el director del máximo coliseo cordobés según confirmaron desde la Agencia Córdoba Cultura.
“Presentó su renuncia por estrictas razones personales”, informaron oficialmente. Ávila Arzuza, director de orquesta con una reconocida trayectoria, se apartó del cargo el pasado jueves 29 de febrero pero continuará al frente de la Orquesta Académica Juvenil.
Si bien desde la Agencia que preside Raúl Sansica señalaron que el teatro “sigue funcionando normalmente en todas sus áreas y desarrollando la programación prevista”, lo cierto es que en los pasillos del San Martín se viven días de incertidumbre por la indefinición en cuanto a quien será el o la reemplazante.
Además, fuentes del teatro indicaron que existe un gran malestar entre los trabajadores por la situación salarial y de condiciones laborales que van en concordancia con el contexto generalizado de crisis en el sector cultural en todo el país.
La gestión de Ávila Arzuza
El director de orquesta nacido en Barranquilla, Colombia, asumió el cargo a la cabeza del Teatro del Libertador en febrero de 2020 luego de estar durante 16 años al frente de dos de los cuerpos artísticos más destacados, la Banda y la Orquesta Sinfónica.
Formado musicalmente en San Petersburgo, Rusia, y con una destacada trayectoria dentro del ámbito de la dirección orquestal, este colombiano-cordobés con nombre de emperador romano siempre fue muy respetado por su brillante carrera musical.
En lo que respecta a su gestión como director, tuvo que afrontar enormes desafíos como fueron la pandemia de Covid-19 apenas semanas después de asumir y la renuncia con polémica de Nora Bedano al frente de la Agencia Córdoba Cultura.
A pesar de todos esos contratiempos, los cuerpos artísticos tuvieron una importante actividad durante el aislamiento y en los años posteriores, como fue el regreso de la ópera siempre vigente y una política de “puertas abiertas” que habrá que seguir profundizando.
En tiempos socio-políticos convulsionados y con la cultura considerada a nivel nacional como “un gasto” y no como “un derecho”, el Teatro San Martín necesita una dirección y un proyecto a la altura de su rica historia.
