Ya se publicó traducida al español Face it, la autobiografía de Debbie Harry, una de las cantantes más sexies y carismáticas de la historia del rock, nacida en Miami en 1945 y aún en actividad.
Al frente de Blondie, Harry edificó una leyenda musical que fue del sucio y húmedo CBGB, el club neoyorquino que fue cuna del punk, a las discotecas del mundo.
"Me gusta ver que he conseguido más cosas en la vida de lo que se esperaba de mí", se le lee a Harry en Face it, junto a otras revelaciones impactantes.

En su libro de memorias, Debbie dice que nunca fue sumisa. (AP)
La primera de ellas está relacionada al hecho de que fue dada en adopción a tres meses de haber nacido. En ese tramo, se asume “hija ilegítima”, para luego precisar: “Todo el mundo hacía lo mejor que podía conmigo, pero creo que nunca estuve del todo cómoda. Me sentía distinta; siempre estaba intentando encajar. Y hubo una época en la que siempre tenía miedo”.
Por supuesto que la cantante icónica acerca todos los detalles sobre su llegada a Nueva York y sobre cómo Blondie logró entreverarse en la ebullición contracultural de la que también participaron Ramones, Talking Heads y Television, entre otros.

Debbie y David, se ríen de los años locos. (AP)
Recuerda a esos años como "demenciales" y filtra la anécdota de cuando David Bowie le mostró su pene. "El tamaño era notorio y a él le encantaba mostrársela a hombres y mujeres. Era muy divertido, adorable y sexy. Supongo que me sentí halagada…", expresa Debbie, quien además fue víctima de una violación a punto de cuchillo y frente a Chris Stein, su compañero y expareja.
"No puedo decir que pasara mucho miedo. Me alegro mucho de que este evento sucediese antes de la irrupción del sida o hubiese entrado en pánico. Al final me dolieron más las guitarras robadas que la violación", reveló sin llegar al extremo de culparse a sí misma, tal como en su momento lo hizo Chrissie Hynde en su libro de memorias.

En otro orden, Harry asume sin vueltas que fue una mujer empoderada en un contexto muy diferente al actual. Y que se cargó con determinación a la supremacía del macho: “En las canciones decía cosas que las mujeres cantantes no decían por aquel entonces. No era sumisa ni le suplicaba que volviese; lo estaba machacando, echándolo de mi lado, y también machacándome a mí misma. Mi personaje era una muñeca inflable pero con un lado muy oscuro, provocativo y agresivo”.
Face it fue escrito en colaboración con Sylvia Simmons y está dedicado "a las chicas de los bajofondos". Según Debbie, el libro se quedó corto porque "siempre es mejor dejar al público con ganas de más".
¿Acaso queda más por contar?
“Mi mentalidad natural de superviviente me conduce siempre hacia delante para vivir experiencias nuevas y tener historias que contar y, demos la cara, tal y como he aprendido con los conciertos, siempre es mejor dejar al público con ganas de más”, finalizó.