En la quinta noche de “color y coraje” del Festival Nacional de Doma y Folklore de Jesús María, Destino San Javier se presentó en el escenario con el corazón abierto para receptar cada momento del espectáculo junto al público.
Contando que se sienten más que familia, Bruno Ragone, Paolo Ragone y Franco Favini, se remitieron a su cuna para contar que desde pequeños han seguido los pasos de sus progenitores, logrando consolidarse como uno de los exponentes del mundo folklórico.
Los cantantes contaron que, durante su niñez, imitaban a sus padres y se vestían con sus sacos para disfrutar, interpretar sus voces y comprender sus armonías. El tiempo los hizo entender que podían soñar con un camino musical para compartir con la gente, por lo que desde ese momento experimentaron un amor y respeto “inmenso” hacia la profesión.
Luego del fallecimiento de Pedro Favini, integrante de la banda Trío San Javier, su hijo y sobrinos decidieron que estaban listos para emprender un legado para el que se habían preparado preparado toda la vida.
Decididamente, resolvieron llamarse Destino San Javier, en referencia a la designación de estar arriba de un escenario, siguiendo los pasos de sus padres y “capitalizando” un legado.
Recientemente, surgió la idea de versionar la clásica canción Jesús María cantará junto a la banda de cuarteto La Konga. Recordemos que el single original pertenece al Trío San Javier y desde tiempos inmemorables, logró posicionarse como una bandera e himno en el Festival.
La iniciativa de proponer frescura al tema original, provino por parte de la Comisión Directiva del Festival, que solicitó al grupo “renovar la canción y darle un toque más jovial” que incluya el género del cuarteto
“Cuando me lo plantea, la cabeza comenzó a tratar de imaginar cómo podría llegar a ser. La canción es una zamba, tiene una estructura musical distinta y en ese pedacito daba para hacer esa transición”, refirió Franco Favini, al momento en que interviene La Konga.
Frente al resultado, Faviani consideró que su padre (Pedro Faviani) estaría orgulloso de la nueva versión lanzada hace días, dado que “siempre fue de una mente muy abierta, de integrar y de romper con una línea que tienen que ver con lo establecido en cuanto a la folklórica, tradicional”.
Los cantantes explicaron que la versión original no fue “destruida”, y que se esforzaron por conservar “el espíritu del tema”, dejando como prioridad las acciones de entender y respetar la versión original. La intervención, consistió en incluir un “toque más joven” para darle esa cortina que es tan fuerte y característica del Festival.
Para la elaboración del tema, la banda trabajó con el arreglo y parte de la dirección de Darío Pacheco, para luego incluir a Nelson Aguirre, cantante de la banda de cuarteto La Konga.
Los artistas declararon que solo participó uno de los vocalistas , dado que la banda se encontraba colapsada, con una agenda que no dejaba espacio para coordinar fecha alguna. Situación que de hecho, generó la demora del lanzamiento.
Deuda saldada
Luego de tantos años de ausencia, Destino San Javier, declaró que esperaban con ansias volver a pisar el escenario de Jesús María. La emoción los invadió durante todo el show, puesto que el lugar los remite a su niñez y al legado que sus padres le dejaron.
Dichos sentimientos de agradecimiento se los pudo vislumbrar en cada gesto y en la predisposición con el público, donde los artistas se quedaron parados largos minutos en silencio, para escuchar la ovación del estadio y “guardar ese recuerdo en el corazón para siempre”.
Para explicar la conmoción que vivieron, la banda remitió a la frase “Y un día serán, los hombres del festival” de la canción Jesús María cantará. Luego de acompañar a sus padres siendo niños, cuarenta y cinco años después se cumple la letra que escribieron sus progenitores.
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