Es viernes por la mañana y, “entre diario y mates”, una notificación de WhatsApp sacude la modorra del comienzo del último día hábil de la semana. No se trata de un recordatorio laboral, ni de una invitación de cara al fin de semana. Lo que llega es una canción y quien la manda es Maxi Bressanini, reconocido bajista del proyecto cordobés Presenta Trío que ha decidido lanzarse como solista en este 2021 y optó por utilizar el servicio de mensajería para llegar a sus contactos con lo que mejor sabe hacer.
Desde hace un tiempo a esta parte, el músico lleva adelante un ciclo personal denominado ‘Viernes de canción’, donde publica una composición suya cada semana, la comparte en sus redes sociales y también la envía a su red de contactos. “La publico en Instagram, en Facebook y por WhatsApp. Son estas tres vías porque hoy las redes sociales son lo que más mueve y a lo que más atenta está la gente”, explica el cantautor sobre su iniciativa.
“En el caso de WhatsApp, me parece que es un mensaje directo para la gente que está ahí con el celular haciendo su quehacer diario y de pronto le llega una canción nueva. Yo me imagino que la persona ve el celular, se fija, le da play y sigue haciendo lo que está haciendo”, comenta Bressanini, quien se propuso iniciar esta seguidilla de distribución cuentapropista de composiciones para tirar “un poco de buena onda, de buena energía”.
“Son momentos muy densos a nivel global, hay mucha gente que la está pasando mal, y es la forma que yo encuentro de abrir un poquito la ventana para que entre un rayito de luz”, resume. “El que lo necesite la va a escuchar y el que no seguirá haciendo la suya”, dice en relación a las reglas de juego.
De todos modos, las devoluciones lo han sorprendido. “WhatsApp es instantáneo y la gente te empieza a responder y agradecer. Se ha armado una comunidad, ya hay gente que espera una canción mía todos los viernes”, comenta, destacando el vínculo entre el artista y una red de cercanía que se amplía artesanalmente.
“Es básicamente lo que yo propongo en este nuevo camino solista. Es un camino a transitar pero no solo. Esa es la propuesta de mi repertorio y de mi música. No es la propuesta de alguien que va caminando hacia un pedestal”, acota Bressanini.
“Yo quiero caminar junto a la gente, alimentarme de ella y que se alimente de mí. Me parece que la construcción se hace de a varios. Se piensa en soledad, pero se construye con muchas manos”, aporta el músico, casi como si estuviera improvisando una letra de alguna de esas piezas que envía semana tras semana.
Nuevos trapos
A casi dos décadas de su formación, el Presenta Trío es uno de los grupos más destacados del universo folklórico local, aunque siempre se ha destacado por su versatilidad y su búsqueda constante de nuevos horizontes. Ese espíritu fue, de hecho, el disparador para que Bressanini inicie una nueva etapa como músico.
“Gran parte de mi carrera la desarrollé con mis dos hermanos del Presenta Trío. Lanzarme solo es toda una aventura, no es lo mismo recorrer el desierto con dos amigos al lado”, sostiene el bajista, que a partir de la pandemia tuvo la necesidad de encontrar otra forma de expresión más allá de su lugar de siempre como parte del grupo formado en 2002.
“La pandemia lo que está haciendo, a mi entender, es acelerar procesos. Estaba latente el Maxi cantautor, pero no era el momento”, asegura el artista. “En la primera etapa del aislamiento, yo seguí teniendo la necesidad de hacer música y ahí empecé a hacer las maquetas de mis canciones. Fue el encontrarme solo, sin poder juntarme con los chicos, y decir ‘y ahora qué hago’. Y gracias a la pandemia vino la reinvención. Abrí la cacerola, metí los ingredientes y salió esto nuevo”, recapitula luego de varios meses de trabajo intensivo.
“Soy la única persona en el mundo que renuncia a un trabajo en medio de una crisis mundial para dedicarse exclusivamente a la música cuando están cerradas todas las salas”, añade sobre un movimiento de fichas que lo llevó a apostar todo por su faceta musical. “En buena hora que tomé esa decisión. Se iba a dar tarde o temprano”, asegura.
En los primeros días de septiembre, Bressanini se encuentra en plena grabación de su debut solista junto a Mario Tozzini en la producción y con los aportes de Juan Belén, en guitarras, y de Fernando Caballero en baterías. “Las vamos a ir lanzando en singles como se estila ahora”, asegura sobre las canciones que está cocinando para presentar en sociedad en poco tiempo más.
—Después de varios discos grabados junto a otros músicos, ¿cómo es para vos encarar una producción enteramente a tu nombre?
—Fue todo un desafío, aunque con una cierta experiencia, porque los discos del Presenta Trío fueron todas producciones nuestras así que uno ya viene con un entrenamiento en hacer discos. Siempre nos manejamos con mucha libertad así que estoy acostumbrado a trabajar sobre lo que uno quiere y hacia dónde uno apunta. Pero por la complejidad de trabajar un disco como solista, y a modo de ampliar el espectro y la visión, convoqué a Mario Tossini, que está produciendo el disco. Juntos estamos dándole forma y se está dando de una manera muy bella. Esta nueva etapa abrió un montón de caminos no sólo en la música. Hay un montón de gente que está colaborando de manera espiritual, a nivel energías. Me siento muy respaldado y muy contento, colmado de tanto amor que se está acercando.
—¿Qué desafío implica para vos teniendo en cuenta tu trayectoria con Presenta Trío?
—El desafío que implica este lanzamiento de mi carrera solista principalmente es cómo la gente va a tomar mis canciones. En esta etapa mi repertorio está basado en todas canciones mías, tanto en letra como en música, y eso es desnudarse. Es un exponerse, abrir el pecho, y que lo que uno tiene adentro le llegue a la gente. Yo hago hincapié en las canciones, que el poder lo tenga la letra y que la música sea una herramienta para llegar a emocionar, para llegar a que la gente se sacuda un poco. Es un acto de despojo. Tenía un mensaje madurado y la necesidad de contar lo que tengo adentro. Fue un renacimiento porque fue redescubrirme, reencontrarme conmigo mismo, abrazar mis virtudes y mis defectos, y aprender que con ambas cosas se crecen.
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