El último disco de la banda uruguaya No te va gustar (Suenan las alarmas), desde tu título mismo propone un llamado de atención y una reflexión sobre el mundo que vivimos. Pero también, desnuda la intención de convertirse en un refugio para soportarlo, una suerte de medicina para enfrentar el dolor de un planeta convulsionado. "No lo pensamos pero se dio así. El disco es un reflejo de los tiempos en los que vivimos pero no es que buscamos un concepto y sobre eso escribimos. Cuando elegimos las canciones nos dimos cuenta que tenía todo eso, que merecía ese título. La música en sí misma es un refugio", dice Emiliano Brancciari, cantante de la banda que esta noche defenderá oficialmente las canciones del álbum en Plaza de la Música.
El mundo es loco y abominable, escribió Voltarire en 1759, y los NTVG se tomaron de ese texto para bautizar su disco, pero también para poner el foco sobre los individuos que construimos ese caos.
Como muestra, las historias de un mal ciudadano (Y el mundo me comió a mí), un mal padre (Quería ser como él), un mal amor (Autodestructivo) y un mal político (Guante blanco), se hilvanan en los primeros cuatro temas de la placa. "Es que nosotros somos los que estamos generando, ese sonar de las alarmas. Nosotros llevamos todo al extremo, todo al borde del colapso", amplía Brancciari.
En tiempos de singles instantáneos y rotaciones de alta velocidad, el disco como concepto se repliega entre algunos artistas, algo en que los uruguayos parece no están dispuestos a ceder. “A nosotros nos gusta esto, crecimos así. Nos gusta seguir respetándolo, más allá que nos adaptamos y sabemos que el mundo funciona diferente y no podemos pretender que la gente escuche la música como lo hacemos nosotros. Los amantes del disco podemos perfectamente convivir con la gente que oye simples”, agrega.
En sintonía con esto de adaptarse el grupo acaba de lanzar una nueva versión del tema Los Villanos que cuenta con la participación especial de Dr. Shenka, líder de la banda mexicana Panteón Rococó. "Queríamos compartir algo con una banda con la que estamos hace mucho en la lucha. Recuerdo cuando fuimos por primera vez a Alemania y ellos también estaban ahí girando. Nunca lo habíamos hecho, pero quisimos hacer un video nuevo agregándole una nueva participación".
Momento de involucrase
Las canciones de amor que llevaron la música de NTVG por el mundo sigue ahí, pero Suenan las alarmas profundiza un poco más en la descripción del retrato social. “Siempre lo hicimos, pero tal vez este sea el disco en el que con los años podemos decir las cosas desde otro lugar, con menos miedos. Particularmente nos pasó con este disco que hemos ido a distintos países y la gente nos dice que lo que narramos está pasando exactamente ahí. Pero no fue buscado esto.”, explica Emiliano.
Si las políticas del cono sur se alinean en un mismo sentido, Uruguay parece transitar su propio camino sin necesariamente moverse en el bloque de los países más grandes. “Uruguay transita un camino “central” donde se vive con un poco de tranquilidad, con menos enfrentamiento. Tenemos una particularidad muy valorable que es cierta estabilidad pese a que los gigantes del costado se caigan a pedazos. Siempre es país súper caro para vivir, pero mantiene eso de ir moviéndose y acomodándose”.
Si desde la lírica hay un cambio, la música también profundizó la exploración sonora insinuada en las obras anteriores. “De alguna manera eso está en el ADN de la banda, en todos los discos hemos intentado salir de la zona de confort tratando de no repetirnos. Buscando lugares en los que no hayamos incursionado. Eso está en la esencia y en este disco se logra eso de ponernos en otro lugar”. En los sonidos más crudos y rockeros está también el rol de los vientos del grupo, que, sin perder presencia ceden alguna parte de su protagonismo clásico. “Todo se charla, pero con el correr de los años uno va aprendiendo a darle un poco de aire a las canciones, que no hay que tocar todo el tiempo. Son cosas que se conversan internamente, pero igual tenemos una forma de trabajar bastante aceitada”, dice Denis Ramos, trombonista de la banda.
Como banda numerosa, el diálogo se presenta como una de las condiciones para la convivencia y el entendimiento. “En la banda las reglas se fueron dando solas. Todo va quedando claro y tenemos reglas de convivencia que no están escritas pero que se saben. Sabemos lo que no puede pasar y qué tenemos que hacer sí o sí, por ejemplo respetarnos y nunca faltar a un ensayo, salvo que a uno le ocurra algo. No está en la cabeza de nadie decir que no tiene ganas de ensayar y que no va a ir”, cuenta Emiliano.
¿Templo sagrado el ensayo? “Tampoco es que ensayamos tanto, es antes de las giras generalmente, después la misma gira te mantiene. Y también tenemos muchas veces en los camarines el “ensayo hablado”, donde con decirnos un par de cosas arreglamos cuestiones musicales. Hay cosas que ya son fáciles”.
Así, con reglas claras la banda se mantuvo por más de 20 años, tiempo que seguramente se duplicará. “¿cómo nos veo en 20 años?, tocando sentados seguro (ríe Emiliano), pero no me quiero imaginar nada, así como no me imagine hace 20 años atrás esto tampoco quiero imaginar, es para no desilusionarme”.
Polémica mundial
En la cuenta regresiva del Mundial, cómo será que nos ven del otro lado del Río de la Plata. "Como uruguayo la veo complicada a la selección argentina. En otros momentos la vi muy bien, pero en esta instancia es diferente. Tal vez luego hacen un gran mundial y estoy pecando en decirlo, pero a 35 días no es lo ideal estar en el punto que están", dice Denis. "Como Argentino que vive afuera veo que hay una presión gigante, desde hace muchos años, autoimpuesta y, y eso no deja crecer. Que el éxito sea sólo si sos primero y que todo el resto sea fracaso, esa idea está instalada. Sobre esa premisa no se puede trabajar. Sino en todo el resto del mundo serían fracasados. Todo se vive con una inmediatez que te lleva a querer ganar todo o no servir para nada que hasta se discute a Messi. Es muy difícil construir algo con la presión con la que se juega", suma Emiliano.
Uruguayo por adopción Brancciari lo vive desde un lugar especial. “Cuando juega Uruguay me encanta, lo disfruto. Tengo amigos jugando y es el país que me adoptó, por eso quiero que gane. Cuando juega contra Argentina trato de no verlo, pero después quiero que ganen los dos y me gusta tener dos nacionalidades”.
En esta recta final la visión sobre Uruguay es más alentadora. “Englobando todo está en un gran momento. Te puede ir bien o mal, pero el Maestro Tabarez ha un grupo de trabajo glorioso. Mantiene a todo el mundo en vilo, pero contento. Y sobre todo a la población, te deja tranquilo que están pasando cosas muy buenas y que los que van al mundial están ahí porque se lo merecen. Él maneja todo, no se le escapa nada y nadie pone a ningún jugador a dedo”, cierra Denis.
No te va gustar. Viernes a las 21 en Plaza de la Música. Banda invitada: Once Tiros. Entradas anticipadas en Edén (Obispo Trejo 15) a $ 550.
