Como en cualquier otro oficio, la tradición y el legado de generación en generación tienen su peso en la industria del espectáculo. La música, claro, no es la excepción, y el universo ligado al rock y al pop argentino muestra claros ejemplos de continuidad entre progenitores y sus descendientes.
Quizás el caso más resonante por estos días sea el de Mateo Sujatovich y Conociendo Rusia, alter ego creado por el hijo del tecladista Leo Sujatovich (Spinetta Jade) que se convirtió en uno de los referentes de una nueva camada de cantautores y terminó de instalarse en la escena rockera con una reciente colaboración con Fito Páez y tres nominaciones a los premios Latin Grammy.
Casi en paralelo, el rapero Wos ya es uno de los artistas más convocantes del país con sólo 23 años. Y aunque el camino ascendente de Valentín Oliva tiene que ver en parte con el nombre que construyó como freestyler, su vínculo con la música tiene raíces familiares: es hijo de Alejandro Oliva, uno de los directores de La Bomba de Tiempo, y de la cantante y actriz Maia Mónaco.
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Otro "picante" de la llamada Nueva Generación es Louta, o Jaime James. El original performer y artista todoterreno lleva editados tres discos desde su debut homónimo a fines de 2016 y es uno de los exponentes más originales de una escena en pleno crecimiento. Su vocación por la novedad y la sorpresa tiene fundamentos. Es hijo de Diqui James, fundador de las compañías Fuerza Bruta y De la Guarda, y de Ana Frankel, bailarina y hermana de Diego, exvocalista de La Portuaria. En su banda, además, toca Dylan Lerner, hijo de César (compositor de la banda sonora de Nueve reinas, entre otras) y sobrino de Alejandro.
También por ahí andan Miranda Johansen (hija de Kevin); Florian (hijo de Vicentico y Valeria Bertuccelli, que incluso formó parte de la última versión de Los Fabulosos Cadillacs); el productor trapero Taiu (responsable del primer disco de Trueno e hijo menor de Víctor Heredia); Benito Cerati o los más experimentados Dante Spinetta (a su vez hermano de Vera, que acaba de sacar su primer disco) y Emme Vitale (hija de Lito).
No son los únicos casos de descendencia familiar traducida en continuación de un linaje artístico, desde ya, pero alcanzan para confirmar eso de que, a veces, todo queda en familia.
