El titular, a primera vista, parecía casi una provocación: “¿Quiénes son The Rolling Stones, el grupo que pondrá su logo en la camiseta del Barza ante el Madrid?”.
Así tituló una nota web el portal español Mundo Deportivo, y pasó lo más lógico. Alguien le hizo captura de pantalla, y lo lanzó al universo tuitero, agregando su interpretación: “Está claro que el mundo ya no es nuestro”.
La ira de esa red social (hace poco rebautizada X) hizo el resto. Se multiplicaron las voces de indignación, alegando la falta de respeto, la decadencia cultural, la ignorancia supina tanto del medio de comunicación como de todo aquel que se hiciera una pregunta de semejante calibre.
Y para ser justos, impacta que un emblema como la banda de Mick Jagger, Keith Richards y Ronnie Wood (más el eterno Charlie Watts) sea presentada de esa manera en un medio de comunicación.
El tema es que nada (ni la música, ni su forma de consumo, ni su promoción y ni los medios de comunicación, justamente) son de un tiempo a esta parte lo que eran.
Pero enojarse y patalear, por más que sea una reacción entendible, no sirve para al menos intentar comprender el mundo en el que vivimos.
Una breve contextualización. Los Rolling Stones acaban de editar Hackney Diamonds, un disco nuevo excelente y el primero en 18 años para la banda británica. Como parte de un acuerdo entre el club catalán con la plataforma Spotify, es que para el clásico que disputaron ayer frente al Real Madrid (perdió el Barza por 2-1) es que estamparon el logo de su emblemática lengua Stone en la camiseta.
Ahora bien, imaginemos dentro de la gigantesca masa de fanáticos del Barcelona la cantidad de niños y niñas que habrá, y de qué enorme enorme rango etario.
Por más que para una inmensa mayoría nos parezca que una institución como los Rolling Stones forman parte del acervo cultural en común más básico (al menos para todo occidente), vivimos en un mundo con tal abundancia de contenidos que, cual mamushka, tiene muchos más “mundos” de los que podemos pensar.
Y sí, es posible que para alguien de 6, 7 o 10 años, el nombre de la banda inglesa sea una incógnita.
El periodismo de búsquedas
Mientras tanto, los portales informativos también se enfrentan a un universo ultracompetitivo, disputando la atención de usuarios en una batalla contra medios de todo el mundo en ciertas temáticas, más el scroll infinito de las redes sociales.
En ese entorno, en los últimos años creció lo que se denomina titulación SEO (del inglés Search Engine Optimization), pensada para favorecer el posicionamiento en buscadores.
Dicho en criollo, es titular una nota casi de la misma manera en que los usuarios pueden preguntarle a Google algo, de forma tal de aparecer lo más arriba posible en los resultados que arrojará el buscador.
En ese sentido, el “ofensivo” titular “¿Quiénes son los Rolling Stones?”, pensando en aquellos pocos que quizás tuvieran esa duda, está bien formulado.
El tema es que al “resto del mundo”, nos rompe todos los esquemas. Pero es interesante invertir la situación con otro ejemplo reciente.
¿Y quién es Milo J?
Hace pocas semanas, Bizarrap, el productor argentino que es uno de los artistas más escuchados en el mundo lanzó su esperada BZRP Session #57. Después de una campaña de incógnita hubo desconcierto cuando se anunció que el acompañante en el tema era Milo J. “¿Milo qué?”, se oyó casi al unísono entre los más grandecitos.
Sí, para muchos, el joven rapero argentino (acaba de cumplir 17 años) era un perfecto desconocido. Eso sí, un desconocido que al momento de que saliera la canción ya tenía 15 millones de oyentes mensuales en Spotify (hoy ya tiene 20 millones, y está en el puesto 291 a nivel mundial entre los artistas más escuchados en esa plataforma).
Otra vez, un mundo dentro del mundo: quien para muchos era un nombre raro, para otros era un ídolo.
En aquel momento, prácticamente no hubo portal web que se resistiera a salir corriendo tras la tendencia de búsqueda y que subiera la nota con la pregunta “¿Quién es Milo J, el artista que acompaña a Bizarrap?”. Eso sí, ahí no hubo ola de indignación.
Antes de que algún hater salga a cuestionarlo, no se trata de equiparar a los Stones con Milo J, ni mucho menos. En realidad, cada vez menos se trata de los Rolling, Bizarrap, Milo J y la Biblia y el calefón… se trata cada vez más de la máquina. Lo lindo es cuando se cuela el corazón entre tanto algoritmo, como pasa con tema Rara vez de MiloJ y con Hackney diamonds, de punta a punta.
