Gabriela Beltramino no sólo se destaca por su técnica al cantar, sino también por su interpretación, por la forma en que vive el sentido de las letras. De esa manera, con los colores de su voz es posible encarar un viaje a través de diferentes sentimientos, desde la euforia hasta la tristeza. Esas cualidades, que acercan a la cantante al musical, están al servicio de un jazz clásico y sobrio en Senses, su primer álbum, compuesto de standards poco habituales y algunas composiciones propias.
Interpretar piezas ajenas, se sabe, es una toma de posición frente a la obra y a los posibles receptores, por eso las elecciones de Beltramino para este trabajo tienen una intención clara: reflejar "momentos inolvidables de su vida, comenzando desde su niñez y finalizando en la forma en que mira la vida hoy", según se lee en la información complementaria de Senses. Y eso se percibe tanto a nivel anímico como estético, como decide dejarlo en claro en el meridiano del disco con I'm old fashioned, una canción de Jerome Kern y Johnny Mercer que popularizara Ella Fitzgerald.
Es decir: Beltramino es una artista de porte clásico y esa postura, ajena a las tendencias, la ubica en una órbita fuera de las modas y su ánimo perecedero, de allí que esté "chapada a la antigua" (dicho esto en clave irónica, claro). En ese sentido, Senses muestra una madurez apta para los seguidores del jazz, pero también es una interesante puerta de ingreso para un público joven que tiene curiosidad por el género.
Escoltan a la cantante en esta aventura sensorial una selección de músicos muy talentosos que incluye a Mariano Loicácono –también arreglador de las canciones–, Ramiro Penovi, Francisco Lo Vuolo, Pepi Taveira y Juan Canosa, entre otros ejecutantes notables.
Senses comienza con clima music hall con Zip-a-dee-doo-dah, pero inmediatamente después la intensidad se reduce y todo adquiere una tónica mucho más íntima y brumosa con la bella Lullaby of the leaves. El disco también le da lugar a inspirados momentos de swing y adrenalina, aunque los segmentos calmos y melancólicos siempre aparecen, como en la sentida Adagietto to my Mother, una música del compositor Gustav Mahler a la que Beltramino le agregó una letra dedicada a su madre.
El acompañamiento de los músicos es fino en todo el disco y en algunas secciones hay lugar para lucimientos personales (sí, hay solos), pero a la vez toda la base se ajusta a la voz de la cantante, para que se destaque por encima.
Beltramino presentará Senses este jueves a las 21 en el Teatro Real, en el marco de "Disco es Cultura". Será con los mismos músicos con los que grabó, una buena oportunidad para escuchar una de las tantas facetas del jazz.
