Norah Jones desarrolla una carrera sin corsé. Desinteresada en mirarse el ombligo, la artista, que hizo pie en la industria como pianista jazzera de fácil escucha, licúa su ego en formaciones alternativas de country folk y desafía exclusividades para, por ejemplo, hacer un disco junto a Billie Joe Armstrong (Green Day) en homenaje a los Everly Brothers.
También tiene el suficiente humor como para hacer de ella misma en el filme Ted y afrontar una escena delirante con el oso de peluche: cuando Ted le recuerda lo bueno que fue haber tenido sexo con ella, Norah le contesta que no se agrande, que apenas estuvo bien. Mucha onda habita en la humanidad de la hija de Ravi Shankar, sin dudas.
Por lo expuesto, no sorprende al aparecer con otra propuesta con apego a la música norteamericana de raíz. Ahora, Jones se presenta en trío junto a Sasha Dobson (guitarra, batería y voz) y Catherine Popper (bajo y voz) bajo el nombre de Puss N Boots.
Tras afianzar el proyecto por pequeños clubes de Nueva York, precisamente en los términos de “banda de bar”, decidió que era el momento de publicar No fools, no fun, el disco debut que concilia versiones e inéditos, alternando tomas de estudio con otras en vivo. El rasgo particular de Puss N Boots está en cómo armonizan y contrapuntean Norah, Sasha y Catherine, además del enfoque mecedor que le dan a un repertorio imbatible. Según Rolling Stone, Puss N Boots es la versión débil del trío que formaron Dolly Parton, Emmylou Harris y Linda Ronstadt, pero allí donde la revista observa anemia, también puede encontrarse una bella placidez.
En este disco todo es escobilla, arpegio, contrabajo a tierra, bien conciso, producción vocal cuidada. Los “exabruptos” son mínimos pero están y pagan bien. Uno es Don\’t know what it means, tema country compuesto por Jones que no da tantas vueltas, ya que tiene melodía al hueso, estribillo y ningún puente para matizar. Norah rinde como guitarrista rítmica en esta pieza, usando un cámara sutil y alardeando con feeling. También sale airosa en la versión en vivo de Down by the river, de Neil Young, porque si bien su solo es vacilante, cuenta con la emoción suficiente para dialogar con la perturbadora letra de la canción.
Así como cumple himnos de ayer, Puss N Boot no desoye los de hoy. Ahí está Jesus, Etc. de Wilco desprovisto de cualquier guiño alt country, casi sin percusión, para adquirir otra sublime dimensión y dialogar, sin complejos, con las piezas diáfanas exclusivas de este proyecto. Algunas son muy hermosas: Always y Pines, de Popper; y You will forgot me, de Dobson. Está claro que Norah es generosa, que permite el brillo de sus compañeras.
