Susana Giménez dejó su casa en Uruguay para instalarse por unos días en Argentina para el estreno del nuevo programa que conduce junto a Grego Rossello, LOL: Last one laughing Argentina, para la plataforma Amazon.
Recién llegada al país, al intentar ingresar en su casa, la prensa la interceptó y ella, de muy buen ánimo, respondió a todo.
La primera pregunta fue si extraña Argentina, a lo que la diva indiscutida de la televisión respondió: “Y sí, un poco extraño, pero vengo seguido y ahora vine porque se estrena LOL”.
Después de tocar otros temas como el conflicto entre Carlos Perciavale y Mecha, su hija, o sus dichos sobre lo caro que es vivir en Uruguay, un periodista le recordó que su casa de Barrio Parque se volvió todo un ícono después del episodio que vivió con Humberto Roviralta.
“Ya hace 25 años del famoso cenicero”, le dijo el periodista Matías Vázquez, recordando la fuerte pelea que Suana tuvo con su exmarido en 1998 cuando, al enterarse de las infidelidades de él, la diva le revoleó un cenicero, golpeándolo en la nariz.
“¡Ya 25 años!, exclamó Susana, visiblemente sorprendida por el tiempo que pasó desde aquel momento y continuó: “Puta madre”.
Entonces, la conductora destacó que tiene un recuerdo espantoso de lo sucedido y que las cosas con Roviralta terminaron muy mal. “¡Le tuve que dar 10 palos y si estuvo en la tribuna de mi programa fue una sola vez, y yo no fui la que lo llevé”, sentenció.
Finalmente, al ser consultada sobre sus pensamientos sobre su exmarido, Susana fue clara: “Mejor que no diga lo que pienso de él porque vamos en cana todos”.
