Andy Kusnetzoff tuvo como invitados a su programa, Ph: Podemos hablar, a Diego Brancatelli y a Roberto García Mortián, dos figuras de la televisión con ideas políticas completamente opuestas. Por ese motivo, el periodista y el legislador se sacaron chispas a lo largo de toda la emisión.
Brancatelli chicaneó a Mortián preguntándole si ser “el marido de Pampita” lo ayudó a impulsar su carrera política, mientras que el legislador de Juntos por el Cambio lo molestó con las acusaciones de corrupción en contra de Cristina Fernández de Kirchner.
El primer round comenzó cuando el conductor del ciclo presentó a Brancatelli como “periodista y empresario” y él respondió, con ironía: “Sí, más cerca de comerciante que empresario, porque sino después soy como... ese es Moritán, acá, el empresario”.
Cuando le tocó el turno a Moritán, Kusnetzoff lo introdujo diciendo: “Legislador, empresario gastronómico”. No tan cómodo con la descripción, el marido de Pampita le dijo a Andy: “Sabés que yo también, como Diego, ahora digo por la presión fiscal que tienen sus ideologías, digo también que soy comerciante”.
Luego, en la sección llamada “frente a frente”, quienes pasaron al frente fueron ellos dos y, ahí se tiraron con todo. “¿Ponés las manos en el fuego de que Cristina no es corrupta?”, preguntó primero el político, de frente. “Yo no pongo las manos en el fuego por nadie. Solamente por mí mismo. Igual, creo que Cristina no es corrupta y que ha existido persecución feroz contra ella”, respondió el comerciante, con su verdad.
El panelista de televisión fue por donde más le molesta a Moritán y le dijo: “No dudo de tu amor por Carolina (Ardohain). Creo que es genuino, pero quiero preguntarte si has aprovechado ser ‘el marido de Pampita’ para algún tipo de uso y si crees que hoy serias legislador porteño si no fueses ‘el marido de Pampita’”.
Sin tapujos, el papá de Ana Moritán, respondió: “Es una pregunta justa, vengo trabajando hace muchos años. Desde el año 2017 trabajo en los barrios. Tengo mucho compromiso y dedicación, pero es verdad que Caro me proyectó a un mundo que por ahí me hubiera costado mucho más llegar”.