Desde 2013, Vikingos se viene ganando el corazón de muchos espectadores alrededor del mundo y Fabricio Lucero Nellar no fue la excepción. Es oriundo de San Luis, estudió en la Universidad Nacional de Córdoba y estaba trabajando como abogado cuando decidió dar un volantazo a su vida y cumplir un sueño: actuar en su serie favorita.
Todo comenzó cuando estaba investigando los posibles trabajos que podía conseguir en Irlanda, a donde tenía planeado viajar para mejorar su inglés. En esa búsqueda se topó con la oportunidad de su vida: la producción de Vikingos solía buscar actores extras.
Su llegada a la serie no fue tan casual. La travesía tuvo su origen en Córdoba, más precisamente en La Falda, donde con la ayuda de un amigo se fotografió en “modo vikingo” posando con arco y flecha, lo que más tarde le daría el pase directo para participar en el casting.
Una vez en Dublín y con toda la documentación necesaria para aplicar, se lanzó a la pileta y lo contrataron como extra del ejército para la última temporada de la serie. Lo que comenzó siendo un trabajo por dos semanas, terminó siendo de mucho más tiempo ya que “pegó onda” con la producción y le ofrecieron ser guardaespaldas del rey de Wessex.
Luz, cámara, acción
Con jornadas de rodaje de 12 horas y lluvia la mayor parte del tiempo, Fabricio cuenta que a veces era agotador el día pero nada de eso le importaba demasiado. “Recuerdo una semana que fue solo de guerra, había que estar luchando casi 12 horas todos los días. Yo estaba chocho, estaba haciendo algo muy divertido en mi serie favorita y ganando dinero. No me podía quejar”, confiesa.

Para formar parte del ejército tuvo una preparación especial: un ex militar irlandés les enseñaba a marchar coordinados y algunos extras les explicaban cómo utilizar los escudos y espadas. “La producción fue diez puntos en todo sentido. Desde la calidad humana, por como te trataban hasta lo que era el vestuario, los trajes, lo bien que estaba organizado, el maquillaje. Eran excelentes las personas que trabajaban ahí”, dice.
–¿Qué fue lo que más te llamó la atención del rodaje?
–Filmábamos en Wicklow, a una hora de Dublín y los paisajes eran espectaculares. Me sorprendió como montaban una ciudad en medio de la nada de un día para el otro, ya sea al lado de una playa o al medio de un bosque. El set principal estaba en Ashford Estudios, donde tenían montada Kattegat, la ciudad vikinga, que era maravillosa. Caminar por ahí era sentir que estabas en otra época.
Codo a codo con los vikingos
Los días de filmación eran largos y cruzarse con los actores principales era casi costumbre. Fabricio relata que compartía el desayuno con toda la producción y los actores. “Ahí tenías tiempo para conversar bastante, eran muy buena onda. Con Alex, que sería Ivar, charlé bastante”, sigue. “Tuve acceso a escenas en las que solo estaban los protagonistas y yo, aunque no estuviera haciendo nada, estaba ahí siendo el guardaespaldas”, cuenta.

La primera parte de la sexta y última temporada de Vikingos (dividida en dos) está disponible en Netflix. La segunda parte de la temporada final llega a fin de año.
A pesar de que la acción era moneda corriente, Fabricio dice que le sorprendió como “quemaron” a los extras de riesgo. “Los prendieron fuego, literal. Primero les ponían una crema especial y los prendían fuego por cinco segundos. Después venían con matafuegos”, recuerda.
Entre escenas también se encontró con actores extras que trabajaban en la serie desde hace cinco o seis años. “Si vos les preguntabas, ellos eran vikingos, se creían vikingos de verdad. Y cuando eran las batallas peleaban fuerte, casi siempre algún soldado salía con heridas”, relata.
–¿Qué otras anécdotas te llevas?
–Había cada personaje. Cuando eran las batallas había mucha gente. Me acuerdo, había un irlandés típico, bien blanco, colorado, barbudo, que antes de empezar a grabar se fumaba unas "cositas" y empezaba la batalla a repartir espadazos. Era tremendo. Un loco de la guerra.
El final en primera fila
La participación del argentino en la serie fue en el último tramo, y mucho antes que cualquier fanático pudo ver de cerca las escenas definitorias y el gran final: “En un momento, hacen un plano donde yo quedo afuera, pero estoy ahí, a un metro sentado viendo la escena más importante de la serie, eso fue increíble”, dice.
"Vikingos es mi serie favorita y casi todos mis amigos la ven. A la quinta temporada la había visto en mi casa con amigos y en la última parte de la sexta vi casi todas las escenas en vivo, fue muy lindo", continua.

A pesar de conocer el desenlace de la trama, los spoilers no son lo suyo. "Personalmente a mí no me gusta que me adelanten nada, así que a mis amigos no les he querido contar nada", confiesa.
Hoy Fabricio esta viviendo en Australia, donde esta trabajando para ahorrar dinero, según comenta. Más allá de desempeñarse en otros rubros, su faceta de actor sigue vigente, ya que realizó un curso de actuación allí y ganó media beca en una escuela de actuación de Sydney.