Camila Lattanzio, quien entró gracias al repechaje a la casa más famosa del país, fue la última eliminada de Gran Hermano.
Si bien ella intentó adaptarse a las reglas de la casa y conocer a los participantes, sus compañeras mujeres no la recibieron muy bien porque dudaban de su juego, cuando se juntó con Alfa. Cuando Walter dejó la casa, Camila quedó sola y esto fue muy duro para ella.
Si bien al poco tiempo ingresó su hermana, y eso le permitió juntar fuerzas, el trato que recibía por parte de Romina y Julieta es algo que aún fuera de la casa le duele.
Tras su paso por El debate de Gran Hermano, Camila comentó que entendió que recibía ese trato porque ingresó a la casa cuando el grupo ya estaba conformado. No obstante, en A la Barbarossa, Camila se mostró más vulnerable y allí confesó que la pasó muy mal
“Hubo días que estuve a punto de irme. Iba al confesionario a hablar con Gran Hermano a decirle que me quería ir”, comentó Lattanzio, movilizada por lo vivido dentro del reality de Telefe.
“La pasé muy mal, Romina y Julieta me trataban mal, me echaban de la habitación, no me hablaban. Me había apagado y me quería ir a la mierda... le pedía siempre a Gran Hermano que por favor, que ya no aguantaba... me ponía a llorar en el confesionario y Flor me dio la luz que me faltaba para poder seguir”, aseguró Camila, con un nudo en la garganta.
La profesora de piano, tras las insistentes preguntas de las panelistas del ciclo de Georgina Barbarossa, aseguró que sus compañeras la trataban muy mal, que la aislaban y que eso hizo que la pasara muy mal muchas veces.