Los participantes de Los 8 escalones del millón logran una cercanía con el público gracias a sus historias de vida. Las preguntas personales de Guido Kaczka a cada uno de ellos, le permitieron a Matías contar su conmovedora historia. El participante contó los motivos que lo llevaron a anotarse, y se consagró como el ganador del millón de pesos de la noche.
En el primer escalón, el conductor le pidió a cada participante que se presente, y Matías contó su historia: “Hace tiempo que vendo sahumerios en los colectivos de la Línea 182″. Guido siguió la conversación con algunas preguntas sobre los detalles de su trabajo: “Tengo un speech, tengo que levantar la voz para bancar el tráfico y lograr la que la gente levante la vista del celular”.
Matías explicó que tiene una zona demarcada en el norte del conurbano bonaerense, y hasta se animó a dar un ejemplo de su speech: “Gente país, tengan muy buenos días, soy Matías ¿cómo les va? Y a continuación este endémico pandémico tentempié laboral intitulado ‘rajando tamangos buscando ese mango que te haga morfar’”, dijo derrochando carisma.
Actualmente, ese trabajo que tiene desde hace 25 años es su principal ingreso: “Subsisto. Volví en febrero después de los dos años de pandemia y la verdad, mejor de lo que pensaba”, explicó el participante. Además reveló que vive en un hotel y que está a pasos de recibirse de profesor de historia.
En caso de ganar, Matías contó que piensa destinar el dinero a alquilar una casa y ayudar a su hija con sus estudios: “Ella está en el Universidad Nacional de Arte, en tercer año, y le quiero hacer un fondito como para que cuando termine la segunda parte se pueda capacitar y hacer algunas otras cosas”.
En el camino hacia la meta, Matías tuvo un solo error y contestó con mucha seguridad. En la instancia final, adquirió bastante ventaja sobre su rival, de manera que un error suyo era suficiente para que Matías se convirtiera en el ganador de la noche. Y así fue.
Cuando su compañera respondió incorrectamente, Matías festejó con euforia y se emocionó al recibir el cheque por un millón de pesos. Todos los presentes lo despidieron con una ovación, y varios dejaron escapar algunas lágrimas de emoción.
