En los últimos programas de Los 8 escalones (El Trece), hubo dos situaciones que sorprendieron a la audiencia y dejaron también atónito a su conductor, el siempre verborrágico Guido Kaczka.
Recordemos que el ciclo que se puede ver por el El Doce en Córdoba, reparte en cada envío un jugoso premio de dos millones de pesos. El participante que gane el juego, tiene la posibilidad de volver en el siguiente programa y duplicar ese dinero.
El arquitecto y el reclamo de su padre
En la emisión del jueves, Gerardo, un arquitecto que tuvo un óptimo desempeño a lo largo de la competencia, logró ser el primer finalista. Finalmente se midió con Brian, en un ajustado cabeza a cabeza.
En la última pregunta, ambos eligieron opciones distintas de las cuales ninguna era correcta. No obstante, por tener mayor cantidad de luces verdes, el arquitecto se quedó con el premio. “¡Gerardo ganó dos millones de pesos! Gran recorrido, buena final”, expresó eufórico Kaczka, mientras una lluvia de papeles dorados se desparramaban en el estudio.
Sin embargo, los ojos se direccionaron a una persona que irrumpió en el estudio y caminó entre el resto de los participantes. “Su papá Carlos, orgulloso del hijo. Re ganador”, indicó Guido para revelar la identidad del hombre.
Enseguida vino el reclamo: “¿Me dará algo?”, se preguntó metiendo presión. Gerardo chicaneó, pero luego también tuvo un gesto de grandeza. “No vino gratis (risas). Pero la mitad de las cosas me las enseñó él”. Guido quiso saber entonces si la mitad del premio era para su padre. Aunque el arquitecto no se mostró tan convencido de eso, la dejó picando: “Vamos a ver”. Más tarde, confirmó que irá por los cuatro millones. ¿Irán juntos?
La odontóloga que todos “van a odiar”
Otra de las ganadoras en el programa fue Cintia, la odontóloga que llegó a la final y tuvo un difícil mano a mano con Laura, la jubilada, en la emisión del miércoles.
Desde su primera aparición, la mujer señaló que le tuvo que posponer los turnos a sus pacientes para poder estar ahí. El problema fue que nunca se imaginó que llegaría tan lejos. Al finalizar cada programa, aceptaba volver al siguiente y, en consecuencia, no tener tiempo suficiente para los turnos pendientes de su consultorio.
“La odontóloga que acumula pacientes, los va pasando, ¿alguien los atiende?”, consultó Guido en un momento del programa. “No, les voy corriendo la fecha”, admitió Cintia con una sonrisa irónica y agregó: “Me van a odiar”.
”Ay, Dios... Cada vez que te ven en el juego...”, indicó Guido y la finalista respondió: “Igual no saben que estoy acá”, generando más asombro entre los presentes. ¿No miran la tele sus pacientes? Lo concreto es que Cintia ya ganó seis millones y ahora irá por más: decidió hacer esperar, una vez más, a sus pacientes e intentar llevarse la jugosa cantidad de ocho millones de pesos. ¿Podrá?
