El último 20 de julio, Okupas llegó a Netflix a más de 20 años de su emisión original. Remasterizada por primera vez a nivel imagen y sonido, la miniserie estrenó como gran novedad una banda sonora revisada por Santiago Barrionuevo (o Motorizado), quien fue convocado por el realizador Bruno Stagnaro para adaptar la emblemática música de la historia a las posibilidades del siglo 21.
A raíz de modificaciones en la legislación de derechos de autor, muchas canciones originales de artistas anglosajones incluidas en Okupas hoy serían virtualmente impagables por una producción argentina de este calibre. La solución fue, entonces, invitar al músico platense y líder de Él mató a un policía motorizado para que solucionara ese pequeño gran inconveniente con canciones de su banda y nuevos fragmentos musicales compuestos desde cero.
Por lo que puede verse en los 11 capítulos disponibles en Netflix, la apuesta salió bien. Aunque puede resultar extraño el cruce entre imágenes de comienzos de los 2000 y algunos clásicos de Él mató que fueron compuestos al menos un lustro después, lo cierto es que el trabajo de Barrionuevo se sumerge en la historia que narra Stagnaro mediante las imágenes. Su condición de fan de la serie seguramente ayudó a que Motorizado interpretara el clima necesario para acompañar tal o cual escena.
En relación con su participación en esta especie de reestreno y de actualización de Okupas, el músico respondió a la distancia algunas preguntas de VOS.
–Sos fanático de “Okupas”. ¿Qué representó para vos la posibilidad de aportar a la “versión definitiva” de la serie que se verá de ahora en más?
–Para mí, fue un sueño hecho realidad: pertenecer a algo que para mí es lo mejor que se hizo, no sólo en Argentina, sino a nivel mundial, dentro del rubro miniseries. Es un honor máximo. Obviamente un sueño raro, porque era algo que ya estaba hecho, editado y terminado. Pero frente a esta posibilidad de tener que cambiar algunos momentos de la banda sonora surgió esta oportunidad, y ser parte aunque sea de un pedacito de Okupas para mí es lo más grande que me pasó.
–Tuviste la difícil tarea de adaptar la música de una serie que no podía pagar los derechos de muchas canciones usadas originalmente. ¿Cómo abordaste ese trabajo teniendo en cuenta el papel central que juega la música en la narración?
–El trabajo fue difícil, pero muy lindo. Todo el tiempo motivado por Okupas, la verdad que fue divertido, fue un placer hacerlo. Siempre hay dificultades. Obviamente, había una presión normal de estar a la altura de las circunstancias y después de lograr ese trabajo fino de mantener la esencia musical de Okupas, obviamente a partir de una nueva composición, y tratar de que esa música pasara desapercibida. Yo creo que eso se logró. Por las repercusiones que yo veo, no se notaron muy fuertemente los cambios. Hubo más de 50 y se habrán dado cuenta de cinco, seis, ocho. Y eso significa que el trabajo estuvo bien hecho.
–¿Qué semejanzas y diferencias hubo con el proceso de “La muerte no existe y el amor tampoco”?
–Obviamente es diferente porque acá ya había música. Es una miniserie, hubo muchas más piezas musicales. Lo otro era totalmente nuevo, pensado para la película. Ahí Fer (Salem), el director, me había mandado unas referencias con pedazos de canciones de Él mató, y eso fue como una ayuda. Pero bueno, tiene sus parecidos. Siempre es trabajar contra imagen, siempre lo que estás haciendo es para acompañar, reforzar, acentuar algo que está sucediendo en la imagen. No es música con un fin en sí mismo.
–Has dicho en más de una oportunidad que Bruno Stagnaro es tu director favorito. ¿Cómo fue el ida y vuelta con él a la hora de encontrar el registro que la serie necesitaba?
–Hice cuatro piezas musicales para mostrarle a ver qué le parecía y ahí estuvieron las indicaciones más importantes que me dio Bruno. Me dijo que no me aferrara a lo que estaba antes, que pensara en algo nuevo que acompañe esa escena. “Manteniendo esa estética que tiene Okupas, fíjate de hacer algo nuevo”, me indicó, porque le había mandado algunas cosas bastante similares a lo que tenía que reemplazar. A partir de eso, todo fue muy fluido. Yo hacía y le mandaba; y él me decía “sí”, “no”, “acá fíjate esto más corto, más breve, más intenso”. Algunas no quedaban, pero en general la mayoría gustaron y fueron quedando.
–¿Volviste a ver toda la serie con la música nueva? ¿Qué te pasa al ver escenas que forman parte de tu educación sentimental, pero con una música creada por vos?
–Fue un sueño. La vi cuando Bruno me mandó el corte final y ahora la estoy viendo en Netflix en paralelo a su publicación. Para mí es de las cosas más hermosas que me pasaron en la vida. Y a la vez, sé que en este tipo de trabajo creo que nunca voy a hacer algo tan genial como esto. Okupas es lo más grande que se hizo.
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