Con una batería de artistas consagrados en un programa que no ofreció altibajos, la madrugada del lunes fue un exorbitante epílogo para el Festival de Peñas de Villa María 2012, que deja para la noche extra el acostumbrado capítulo del cuarteto.
El chileno Américo había dejado un estadio caliente, más caliente de lo que la temperatura ambiente marcaba bajo el techo del Anfiteatro. La entrada de Soledad apuntaba a mantener en alto el clima instalado. Una falla en el volumen de su micrófono, postergó varios segundos la entrada en escena de la voz de Arequito. Solucionado el asunto, se desató un espectáculo sin respiro y muy compartido con su hermana Natalia.
Un popurrí destinado sacudir hasta el más distraído, arrancó con Entre a mi pago sin golpear y desembocó en A Don Ata, poncho al viento y a dos voces Pastorutti. El temperamento se calmó para presentar Hermanas, un diálogo personal entre quienes vienen compartiendo su vida de escenarios. De nuevo para arriba con Lucerito Alba y todo el gentío gritando sapucay, para volver a las letras personales con La Salida. "Poco me asusta al momento de ir más allá y cumplir sueños. Para todos los que buscan su camino", fue la dedicatoria del tema. Para el cierre volvió Natalia y el trío de hits que abarca a El tren del cielo, Lejos de Ti y Aquel bahiano.
A la 1.30 subió Abel Pintos, verdaderamente el más esperado de la tercera noche. Con el villamariense Fabricio Rodríguez en armónica para hacer No me olvides, el cantante de Bahía Blanca recorrió una decena de temas de su último CD. Una versión de Aventura terminada a capela despertó una ovación, y no fue la única. Antes había brindado su exquisita La Llave y cerró con Revolución y el estadio de pie.
Acto seguido, a Los Modernos les correspondió mostrar su solvencia en un estadio con miles de personas, alejado de los ámbitos intimistas a los que están más acostumbrados. El número funcionó y arrancó risas y aplausos desde su verborragia sutil. No llegaron a la media hora pautada, porque se le dio paso al cierre con Los Nocheros.
Los salteños habían pasado antes por la sala de prensa, donde compararon a este Festival con otros similares que se realizan en Europa y destacaron el marco que la estructura y el escenario brindan a público y artistas. La reacción enojosa se produjo cuando un periodista le preguntó a Rubén Izaguirre si era cierto que se iba del grupo, cuestión que el músico consideró una falta de respeto.
Tras la despedida anticipada de los conductores Sergio Zuliani y Geo Monteagudo, el cuarteto salteño arremetió con un espectáculo sin pausa y que durante más de una hora no tuvo descanso. Iniciaron con Yo soy tu río y siguieron con La Yapa. Parte del público comenzaba a retirarse cuando ya eran más de las 3.30. El cierre se fue dando a todo carnaval con El Quebradeño y El Humahuaqueño, para escalar hasta La Cerrillana.
Las últimas luces se fueron apagando cuando ya eran más de las cuatro y restaba sólo esperar que la noche final de Villa María abriera paso nuevamente al cuarteto.
Noche del sábado: polémica con Jorge Rojas.
Alta Gracia fue feliz
Por María Luz Cortés
Más de cien mil personas pasaron por la 25ª edición del Encuentro de Colectividades en Alta Gracia, que finalizó anoche con la actuación de Ricardo Montaner. En el marco de sus bodas de plata, la organización apostó por artistas que no se presentaron en otros festivales cordobeses como Vicentico, Axel y el cierre con el cantante argento-venezolano.
En el comienzo de la última jornada, la lluvia amenazó nuevamente. Tal por eso se veía menos público en los alrededores del predio y las plateas anticipadas vendidas fueron 1300 sobre dos mil de la noche de Axel.
La noche del cierre contó con la visita del gobernador de Córdoba José Manuel De la Sota. "En el Tajamar estaba como comprimida la fiesta", consideró el gobernador . De La Sota realizó un recorrido por las carpas junto con el intendente de Alta Gracia Walter Saieg.
Haciendo una suerte de repaso por los seis días que duró el evento, se podría decir que las comidas más elegidas fueron las de España (que contaba con dos carpas y una del País Vasco), Italia y los países árabes donde se veían largas colas para obtener el shawarma. En México, los burritos, los tacos y quesadillas fueron los más llevados. Dorismar, dirigente de la carpa de México, indicó que trajeron además objetos de ese país para vender en la carpa. En los postres, las tortas de Alemania y Polonia fueron otro año más las elegidas. Cuba apostó a una carpa de mayores dimensiones, en la que combinó una pista de baile con espectáculos todas las noches, un patio de con mesas y sillas, y dos sectores para tragos tropicales.