La Fiesta de las Colectividades de Alta Gracia es una la cita gastronómica y musical anual que celebra las costumbres gastronómicas y musicales de nuestros abuelos, los inmigrantes que con su aporte fueron construyendo este país. Así lo expresan los organizadores desde el escenario y nosotros asentimos, mientras recorremos esta feria gastronómica sin igual. Cada colectividad (hay europeas, latinas y árabes) tiene una carpa a donde pueden hacer lo que quieren. Ofrecer tragos, comidas típicas, bailes o todo junto y a la vez.
Las carpas más "alegres", donde la música y la animación son protagonistas, son las de Cuba, México y Brasil, mientras que las más tranquilas (pero bien concurridas) son las de Argentina, Perú y Alemania.Un consejo para los que quieren comer de todo: ir temprano garantiza pocos minutos de cola en cada carpa. Hacerlo a partir de las 22.30 en un día con un artista convocante en grilla, significa esperar bastante para buscar primero el ticket, y luego la comida.
Así las cosas, temprano, bien perfumados, arreglados y engominados (como en toda fiesta popular) comenzamos el recorrido por el predio, que empieza con la vista a las enormes paelleras en la carpa de España. El maestro la remueve para que no se seque y vemos los precios: la porción cuesta $ 70, $ 50 la de rabas y el pollo al ajillo.
Al lado está la carpa de México, a donde en hora pico vemos actuar a unos Mariachis que gritaban como locos. Aquí los tacos cuestan $ 60 (dos unidades) y $ 50 la cerveza Corona de 710cc. Pero la primera parada es en un clásico de este festival y que cada año pone más linda su carpa (en este caso tinglado). Estamos hablando de Perú.
Pedimos un Pisco Sour ($ 30) y un Anticucho con papas a la huancaína, $ 20. Servirá como entrada y es un gran acierto. El pisco sour es un trago elaborado con el destilado de uva típico peruano, mezclado con clara de huevo, azúcar, limón y un toque de canela sobre la espuma que se genera. Los anticuchos de res son exquisitos brochetes de cortes de corazón de vaca, cocidos a la plancha con un adobo picantito. Y las papas a la huancaína son unas papitas hervidas, bañadas con una salsa suave que se prepara procesando leche y huevo con unas galletas de agua y ají amarillo.Son realmente encantadores y nos dejan bien contentos para seguir camino. Un dato que no pasa por alto en esta carpa peruana, llena de colores: los mozos preguntan si esta todo OK, si gustó la comida, si se nos ofrece algo más. Se agradece el gesto y seguimos caminando.
A paso de Perú está la carpa Alemana. Y frenamos para disfrutar el plato principal de la noche. Para beber ordenamos cerveza Córdoba de litro ($ 22, la mitad de lo que costaban las demás marcas, que tienen más marketing pero menos tradición local). Y para comer, otro brochet, esta vez de salchichas ahumadas envueltas en panceta y cebolla, con chucrut y papas con mayonesa, $ 65. Sinceramente, un plato para compartir tranquilamente por la generosidad de las porciones. El chucrut es preparado en ollas gigantes con vinagre, panceta y manzana, y las papitas, hervidas y bañadas de mayonesa y perejil disecado. En fin, hablamos de una bomba calórica que, con estas temperaturas, queda un poco descontextualizada. Igual, muy rico todo, y se acompañó con parlantes y música típica que logró abstraernos del mundo pluricultural de afuera y hacernos sentir en una tranquila villa alemana, al menos por unos minutos.
Eso sí, se olvidan de ofrecerle servilleta a los comensales junto a los platos. Pero de lo que no se olvidan es de tentar al público con sus tortas y chocolates. Cuesta $ 19 los 100 gramos ¡Espectaculares! Una recorrida generalEl predio es enorme y ayuda a acomodar el cuerpo luego de tanta comida. El humo de todas las carpas cobra protagonismo en el cielo a esta hora (pasada las 23) y vemos cómo la gente va y viene, del escenario a las mesas, de carpa en carpa o simplemente dando la vuelta al perro por el predio y chusmeando qué preparan los cocineros. Los italianos ofrecen pizzas (muzzarella a $ 48), bagna cauda para seis a $ 100, ñoquis a $ 44 y calzoni a $ 70, entre otros platos. La carpa argentina ofrece empanadas a $ 4, el chori a $ 20, el locro y la humita a $ 30, el asado de tira a $ 50, el chivito a $ 75, el asado con cuero a $ 60 y la porción de pollo a $ 40. La carpa de Brasil es una fiesta. Animadores, bailarinas y muchas coreografías y sonrisas.
En la de Irak ofrecen empanadas árabes abiertas (de varios sabores) a $ 20 pesos. La mezcla es tan grande a esta altura que en esta carpa, por ejemplo, hay una "pizza árabe" y papas fritas (en la de Estados Unidos, además de hamburguesas había choripanes). El shawarma (sándwich de carne en pan árabe), clásico de Irak y bien concurrido como siempre, cuesta $ 25 y tiene una caja propia por la demanda de público. Luego vamos hasta la carpa de Cuba y hay música en vivo y muchos tragos como mojito, daiquiri y cuba libre, entre otros, a $ 50, $ 70 y $ 80 según el tamaño del vaso. Y también hay platos. Una entradita de "chicharritas" (plátano verde frito) a $ 22 y una Ropa vieja con arroz moro a $ 50 pueden ser opciones sabrosas e interesantes.
Debut y gol
Este año hay dos debuts exitosos en la Fiesta Anual de Colectividades. Uno de ellos es la carpa de Sudáfrica que, además de ofrecer platos no tradicionales de su cultura, como cabrito y costillares a la llama, o picadas de fiambres y quesos, propuso con estilo dos de los platos más llamativos de la noche. Uno es un cochinillo relleno (cocidos enteros uno al lado del otro en un brasero giratorio con capacidad para 10 chanchos, que es todo un show) a $ 65 la porción y un guiso en base porotos negros y recortes de vaca y de cerdo, a $ 30, que se cuece a fuego lento en una gran olla de hierro suspendida en el aire con una armadura de hierro. ¡Muy recomendable!
Colombia también debuta y ofrece Patacón pisao (puré de plátano frito) a $ 35. Se puede acompañar con carne de pollo o vaca guisadas con cebollas y pimientos, o bien con jamón y queso. Las arepas (tortillas de maíz blanco) también son tentadoras, con los mismos acompañamientos. Las carpas siguen y siguen (Armenia, Galicia, País Vasco, Croacia, Francia, Polonia).
Y nosotros pedimos el postre en la carpa de La Merced, una heladería artesanal de Alta Gracia (con impronta italiana) que también debutaba en la fiesta. La Merced cuenta 67 años de experiencia y seis sucursales (Alta Gracia, La Bolsa, Los Aromos y La Paisanita). Los dueños nos recomiendan limón y dulce de leche ($ 12 las dos bochas) y realmente se disfruta esta textura cremosa y estos sabores tan caseros en un helado. No queda más nada que decirle gracias a Alta Gracia por traernos el sabor de la herencia, ese gustito especial que tienen los recuerdos de nuestros abuelos cocinando, llenos de condimentos y perfumes de ultramar. Y por hacernos disfrutar las comidas criollas, aprender sobre las exóticas y comprender cómo olerán también los recuerdos de los hijos de las nuevas oleadas inmigratorias de los países vecinos. ¡Gracias Alta Gracia por tanto amor!
El sabor de la herencia
La Fiesta de las Colectividades de Alta Gracia es una gran celebración popular a donde mediante platos típicos y bailes se rinde homenaje a los pueblos que conformaron este delicioso país. En esta nota te contamos todos lo que podés comer ¡en un mismo predio!
5 de febrero de 2013,
